6 agosto 2025
A jugar y experimentar con los sentidos fue la invitación que recibieron huerteros y huerteras del Programa Huerta Escuela (PHE) en el marco del taller que se realizó el pasado 10 de julio en el EduLab del Campus Villarrica de la UC.
La actividad, titulada “Herramientas para el guiado y manejo de grupos de estudiantes en una visita pedagógica a la huerta a través del juego”, congregó a representantes de las huertas que este año participan en el programa.
El Programa Huerta Escuela (PHE) es una iniciativa organizada por el Centro UC de Desarrollo Local y Fundación Ibañez Atkinson, cuyo principal objetivo es promover la incorporación de la huerta agroecológica como espacio y recurso pedagógico a nivel curricular, promoviendo el trabajo con estudiantes de educación inicial, básica y media, basado en la metodología experiencial.
El equipo a cargo de este proyecto está integrado por la coordinadora del PHE, Mariana Matthei, la profesional del programa, Manyoly Rojas, y la coordinadora del Museo Interactivo Regional de Agroecología y Sustentabilidad (MIRAS), Claudia Ríos.
Este taller forma parte del ciclo de capacitaciones que se realizan como preparación para los encuentros experienciales en la huerta programados para octubre y noviembre. Estas actividades se realizaron con éxito durante 2024, consolidándose como una instancia clave dentro del programa.
El PHE propone el uso de metodologías activas, con énfasis en el ciclo de aprendizaje experiencial, transformando el proceso educativo en una experiencia dinámica, sensorial y reflexiva.
Este año están participando en el programa 9 huertas agroecológicas junto a 9 comunidades educativas de las comunas de Freire, Villarrica, Pucón y Curarrehue.
Andrés Ried, director de Investigación de la Pontificia Universidad Católica Campus Villarrica, investigador principal del CEDEL UC y Doctor en Ocio, estuvo a cargo de liderar esta última actividad. Explicó que “la idea del taller es que las huerteras y huerteros puedan tener en su horizonte de diseño de actividades dos elementos como eje central, el juego y los sentidos”.
“El juego como una disposición de confianza, seguridad y de libertad de los niños que les permite aprender de una manera mucho más significativa, más entretenida, desde un espacio de creatividad y libertad”.
En este contexto, a través del taller se les brindaron algunas claves para guiar y desarrollar actividades con grupos de distintas edades con herramientas didácticas y dinámicas que puedan potenciar aprendizajes más significativos en los encuentros experienciales en la huerta.
Plenamente disponibles para jugar y experimentar con los sentidos se mostraron las y los asistentes al taller, quienes disfrutaron las dinámicas y valoraron los recursos que ahora pueden aplicar en la experiencia que vivirán en cada una de sus huertas.
“Incorporar el juego en el aprendizaje experiencial creo que da una herramienta fundamental para lograr el entorno necesario para la observación y la reflexión”, señaló Karina Bustamante, de Huerta Liken, quien se unió por primera vez a este taller. “El juego y la diversión generan un ambiente de confianza y nos conectan y nos preparan para tener una experiencia completa en la huerta”.
La experiencia fue muy agradable, ya que rápidamente se generó un ambiente cálido y de confianza entre los y las participantes, según destacó. “El juego nos abre a la atención y también a poder utilizar conscientemente nuestros sentidos. Después de este taller me quedo con la sensación de lo rico que se pasa jugando. Lo fácil que es conectar con las personas que están jugando contigo y qué poco jugamos los adultos”, agregó la huertera.
Carlos Díaz, de Huerto Kupal, participa por segundo año consecutivo en el PHE y en este taller. Gracias a esta experiencia, destaca que en su huerta intenta “ser más entretenido con las actividades en los encuentros con estudiantes” y que esta capacitación le ha servido para “tratar de ponerse en un papel de entretención en el espacio de la huerta, para que los niños no se aburran y traten de estar lo más conectados posible con la huerta”.
Mireya Ferrada, de Huertos Coipue destacó lo dinámico y entretenido del taller. “Hay que prepararse para octubre otra vez con juegos. Me cuesta empezar, pero una vez que me lanzo, ya pierdo el miedo al ridículo. Y juego, solo juego”.
Ried enfatizó en la buena disposición que tienen los seres humanos frente a la posibilidad de jugar. “La gente está mucho más dispuesta a jugar de lo que uno cree. Basta hacer la invitación y generar las condiciones adecuadas para que la gente juegue, no importa que sea adulto. El juego actúa también como una suerte de amortiguador, de despliegue de energía, de conocer al grupo, de generar confianza”, destacó.
Al hablar de juego, agregó, “no sólo nos referimos a una actividad arreglada con personas que van dirigiendo, sino también la posibilidad de explorar desde la abertura, desde los sentidos”.
“Trato de entender el juego como algo que le sucede a las personas, es una experiencia que tiene ciertas características. Primero, que es libre, libre de elección y libre en el sentimiento de estar jugando, de sentirse libre. El juego siempre tiene que ser una invitación, en términos ideales, un juego es una experiencia a la cual yo me convoco voluntariamente”.
La segunda característica, agrega, es la dimensión lúdica, ya que se trata de un espacio divertido, entretenido y desafiante.
Revisa la galería de fotos de Cristóbal Saavedra.
Andrea Estrada
Periodista
Convenio CEDEL UC – Fundación Ibáñez Atkinson