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La directora ejecutiva de Valoras UC, Isidora Mena y el coordinador del programa, Rodrigo Montanares fueron los encargados de representar este programa que forma parte de los programas ejecutados desde el Centro UC de Desarrollo Local, en conjunto con la Escuela de Psicología UC. 

Desde el 12 al 15 de julio, la directora ejecutiva de Valoras UC, Isidora Mena, y el coordinador del programa, Rodrigo Montanares, participaron en el Primer Encuentro Latinoamericano de Experiencias en Aprendizaje Socioemocional (E.L.E.A.S.E.), instancia que reunió a programas, centros y organizaciones de la región que trabajan en torno a temáticas como la Convivencia Escolar, el Desarrollo Socioemocional y el Buen Trato.  

“Fue una instancia muy importante para conocer distintas propuestas que buscan aportar al aprendizaje socioemocional, tanto dentro como fuera de los establecimientos educacionales”, cuenta Montanares sobre este encuentro que se realizó en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires, en Argentina. 

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El encuentro fue realizado en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires, quienes también fueron organizadores principales de esta primera versión.

 

Un encuentro latinoamericano 

A esta primera versión del E.L.E.A.S.E. asistieron equipos y participantes de gran parte de Latinoamérica: Argentina, Chile, Colombia, Bolivia, Costa Rica, Ecuador, México, Venezuela, República Dominicana y Perú.  

A su vez, esto permitió la participación de distintos programas y proyectos, entre ellos el Centro del Buen Trato de la UC, Plan 12 de la oficina regional para Latinoamérica de UNICEF, el Programa Mujeres al Frente de la Red Communia  y la asociación civil Contribuir de Argentina, el programa PISOTÓN de la Universidad del Norte de Barranquilla en Colombia, el programa “El Obrador” del mismo Centro Cultural Recoleta, y la Dirección de Planeamiento Educativo del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires. 

 

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A través de distintas mesas de trabajo, los programas, centros y organizaciones participantes tuvieron la oportundiad de conversar entre ellos y conocer los esfuerzos desarrollados por cada equipo.

 

El encuentro se dividió en tres momentos: entre el 12 y 13 de julio se realizaron actividades que contemplaron mesas de trabajo que reunieron a los distintos programas participantes, para presentar de forma interna el trabajo realizado en sus países y programas; luego el encuentro abierto celebrado en el Centro Cultural el 14 y 15 del mismo mes, que durante la mañana invitó a los programas a presentar su trabajo al público general, y finalmente instancias online y presenciales que se realizaron durante la tarde de los últimos dos días, y donde se compartió el trabajo realizado por los programas en la promoción del aprendizaje socioemocional.  

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El coordinador de Valoras UC, Rodrigo Montanares señala que el encuentro permitió "reflexionar sobre la oportunidad de ampliar nuestro trabajo a espacios comunitarios fuera de los establecimientos". 

 

Aunar intenciones en la región 

“Este primer encuentro tuvo su foco en conocer más y mejor a los programas organizadores”, explica Montanares, quien moderó algunas de las mesas que se desarrollaron durante los encuentros internos entre los programas. “Naturalmente se dieron interacciones que pueden derivar en esfuerzos conjuntos, pero eso depende de las próximas conversaciones que se organicen”, comenta.  

Y es que uno de los objetivos que tenía este encuentro era fortalecer la red de programas y proyectos que abordan las temáticas claves del E.L.E.A.S.E. y cómo eso se traduce en acciones conjuntas.  

“Pudimos conocer el material y estrategias utilizadas de cada propuesta. Nos sirvió como parámetro para medir los esfuerzos que hacemos a diario, y nos dimos cuenta de que vamos por un camino sólido, donde hemos desarrollado una propuesta abundante en materiales, estrategias, alianzas con instituciones como MINEDUC, UNICEF, UNESCO, OEI, entre otras y con un gran alcance de actores beneficiados”, asegura Montanares. 

Además, el coordinador de Valoras UC explica que el espacio también permitió evidenciar la necesidad imperante de fomentar el trabajo en temáticas de desarrollo socioemocional, donde hoy por hoy niños, niñas, jóvenes y adultos realizan esfuerzos por aportar en diversos espacios, tanto dentro como fuera del aula.  

“Nos permitió reflexionar sobre la oportunidad de ampliar nuestro trabajo a espacios comunitarios fuera de los establecimientos, donde vimos experiencias que producen un antes y después en los adultos, niños, niñas y jóvenes que las viven”. 

Este Primer Encuentro Latinoamericano de Experiencias en Aprendizaje Socioemocional (E.L.E.A.S.E.) fue organizado por el Centro Cultural Recoleta, el programa “El Obrador” del Ministerio de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, la Dirección General de Planeamiento Educativo del Ministerio de Educación de la ciudad de Buenos Aires, el Programa PISOTÓN de la Universidad del Norte, Barranquilla, Colombia, el Centro del Buen Trato y el Programa Valoras de la Pontificia Universidad Católica de Chile. 

 

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El encuentro contó con la participación de equipo provenientes de  Argentina, Chile, Colombia, Bolivia, Costa Rica, Ecuador, México, Venezuela, República Dominicana y Perú.  

 

Durante 3 meses la investigadora española llegó desde la Universidad de Deusto, en España, a realizar una estadía que le permitió desarrollar una investigación en torno al uso de Whatsapp en comunidades educativas, bajo la tutoría del investigador Cedel UC, Andrés Ried. 

Cuando Laura Trimiño (27) es consultada por su experiencia en el país, no duda en afirmar que se trata de un territorio “bellísimo”. Durante los últimos días de febrero, la doctorante española del programa de Doctorado en Educación de la Universidad de Deusto, aterrizó en Villarrica para una pasantía de tres meses. 

En ese período, Trimiño desarrolló su investigación sobre los grupos de Whatsapp al interior de comunidades educativas de la provincia de Cautín, en la Región de La Araucanía, y su incidencia en la participación familiar. 

“Es una réplica de lo que realicé el año pasado en Bilbao”, señala, explicando que su intención es realizar un estudio de casos comparados a partir de los resultados obtenidos en esa región española y lo observado en La Araucanía.  

 

Aterrizar en un país desconocido 

“Mi primer día en el país estuve aturdida”, confiesa Laura sobre una experiencia que empezó entre las micros, calles y edificios de Santiago. “En ese momento pensé ‘si Villarrica es así no voy a aguantar 3 meses aquí’, ya que yo provengo de una ciudad tranquila". 

Criada en Bilbao, Trimiño optó por Chile como una manera de acercarse a Latinoamérica. “Empecé a indagar sobre los diferentes países y, tras preguntar a unos y a otros, concluí que Chile era un buen lugar para mí”.  

Aquí, fue recibida por el académico del Campus Villarrica e investigador principal de la línea Turismo Sustentable y Desarrollo Económico Local del Centro UC de Desarrollo Local, Andrés Ried, doctorado por esa universidad española en Ocio y Potencial Humano. “Él podía tutorizar mi estancia. No tardé ni un día en contactarlo para preguntarle si estaría interesado en tutorizarme. Su respuesta afirmativa fue suficiente para hacer las maletas”.  

Al llegar a Villarrica, Laura tuvo la sensación de estar en un lugar completamente distinto, con sensaciones alejadas de la breve experiencia que le había dejado la capital chilena. “Todo era calma y buenas vibras. Los primeros días, el choque cultural fue grande, pero enseguida me encariñé de mi entorno cercano, mi nueva casa, mi nueva oficina y, por supuesto, mis nuevos compañeros y compañeras”.  

 

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La investigadora llegó desde España en el marco del programa de doctorado en Educación de la Unviersidad de Deusto, misma casa de estudio en la que el investigador del Cedel UC, Andrés Ried, realizó su doctorado en Ocio y Potencial Humano. 

 

 

El uso de Whatsapp en comunidades educativas 

La investigación de Laura la llevó a conocer la región desde sus localidades y pueblos, a donde llegaba para entrevistarse con directores o con las comunidades educativas en general.  

En su estudio, la investigadora buscó relevar el rol de los diferentes mecanismos disponibles para la participación efectiva de los miembros de las comunidades educativas. “Aunque la comunicación entre los docentes y los apoderados es vista como el nivel más básico de participación familiar, es también un elemento clave para lograr la corresponsabilidad educativa docente-apoderado".  

En su investigación, Trimiño se encontró con aspectos como que los grupos de Whatsapp en Chile, en comparación con lo recabado en Bilbao, funcionan de manera más miscelánea que en el país europeo. “Aquí se usa mucho la venta, la conversación de temas que no están necesariamente ligados a la escuela”, señaló la investigadora durante una presentación ofrecida al campus, “la presencia de madres, además, es mayor que la presencia de padres”. 

“Considero que conseguir la corresponsabilidad es imprescindible”, continúa, “puesto que a través de ella se puede lograr la simbiosis necesaria para alcanzar el éxito educativo de niños y niñas”. 

 

"Volvería y volveré"

Al ser consultada sobre si volvería a Villarrica, Trimiño no duda en responder con un rotundo sí. “Volvería y volveré; no tengo ninguna duda. Aunque creo que he aprovechado al máximo estos tres meses, me han quedado lugares pendientes por visitar y seguro que también personas por conocer”. 

De la misma forma, Laura no deja de valorar el espacio que encontró dentro de la comunidad del Campus Villarrica. “¡Qué pena que el Campus Villarrica y su gente esté tan lejos de mi familia y mis amigos!”, asegura. 

“Del Campus Villarrica destaco su ambiente relajado y amigable. Me parece un muy buen lugar en el que trabajar”. Además, la investigadora no deja de valorar los espacios disponibles en el Campus, como el acondicionamiento físico ofrecido a funcionarios y profesionales dos veces a la semana. “Pongo en valor los entrenamientos de Pancho – Francisco Pino es el instructor a cargo de las sesiones de Acondicionamiento Físico-, los cuales son super necesarios para los que trabajamos infinitas horas en frente a un ordenador”. 

“Pero lo que más valoro”, cuenta, “es la cercanía que han mostrado siempre conmigo y todas las invitaciones a compartir y conversar con ellos y las personas de su entorno. Guardo con mucho cariño todos los almuerzos, asados, onces, carretes y otras celebraciones que fueron ocurriendo a lo largo de estas semanas”. 

Trimiño dejó el país a mediados de junio. Tras abandonar Villarrica, tuvo la oportunidad de recorrer el norte de nuestro país.” El sur me encantó, pero el norte también es precioso”. 

Un espacio de aprendizaje, pero también de relajo y distensión. Así califican los estudiantes que durante este semestre han participado de una iniciativa que busca revalorizar uno de los pilares fundamentales de la Huerta El Boldo: la comunidad.

Durante el primer semestre de 2023, la Huerta Agroecológica El Boldo del Centro UC de Desarrollo Local invitó a la comunidad UC del Campus Villarrica a sumarse a la iniciativa “Miércoles Huerteros”, espacio de encuentro que busca desarrollar una verdadera comunidad huertera al interior del Campus, tal como ya ocurre con otras iniciativas similares desarrolladas al interior de la UC. 

“La invitación nace desde el origen de esta huerta comunitaria El Boldo, donde la participación de la comunidad es un pilar fundamental”, asegura la encargada de la huerta, Claudia Ríos, responsable de estos encuentros.  

 

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Los y las estudiantes que han participado de los Miércoles Huerteros son guiados cada semana por la encargada de la huerta, Claudia Ríos. "Es una oportunidad no solo de aprender sino también de pasar un tiempo en la naturaleza", dice Ríos.

 

A la invitación realizada respondieron funcionarios y académicos, pero, sobre todo, estudiantes del Campus, con especial participación de estudiantes del minor en Desarrollo Sustentable, programa que cada primer semestre abre vacantes para estudiantes de College UC en Santiago que aterrizan en el territorio gracias a becas otorgadas por la Fundación Ibáñez Atkinson. 

En estos espacios las y los estudiantes, tanto de las carreras de Pedagogía del Campus, como del minor, encontraron un espacio para desarrollar herramientas pertinentes a su formación, pero también para relajarse y aprender más sobre los ciclos de la tierra. 

 

Fomentando la pedagogía en la huerta 

“Aquí puedo poner en práctica los contenidos que veo en mi carrera”, asegura Marcela Huisca, estudiante de la carrera de Pedagogía General Básica. “Me llama mucho la atención el tema de las huertas, cómo se pueden trabajar y cómo se pueden implementar en el aula”. 

A sus palabras se suman las de su compañero Benjamín Rodríguez, quien asegura que el espacio es una forma de crear herramientas para su desarrollo como profesionales de la educación.  

“La mayoría de los profesores siempre nos han inculcado trabajar con los estudiantes en base a los conocimientos que ellos tengan”, explica Benjamín, “y yo, que personalmente me quiero enfocar en un área rural, siento que esto es clave al momento de llevarlo después a la escuela, es de vital importancia conocer las huertas y su funcionamiento”. 

“También es conocer y ocupar los conocimientos que tienen les niñes (sic) y las familias y hacer un proceso de construcción social en torno a la huerta y juntarnos a huertear, poder compartir conocimientos en familia”, agrega Marcela, “un proceso importante que tenemos acá y donde tenemos este espacio que no es tan conocido en el Campus, pero que es muy nutritivo porque nos enseña diferentes cosas”. 

“La idea es que puedan sacar ideas, herramientas”, agrega Claudia Ríos, “pensando que sus escenarios futuros van a tener huertas o algo similar”. 

 

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Las actividades de cuidado desarrolladas por estudiantes han sido un pilar fundamental en el funcionamiento de la huerta durante este semestre.  

 

Adentrarse en el territorio 

“Ha sido una experiencia súper enriquecedora”, asegura una de las estudiantes que llegó desde Santiago a raíz del minor, Javiera Olavarría, de la Licenciatura en Cs. Naturales y Matemáticas de College UC, “y el conocimiento que uno ha adquirido en instancias como el intercambio de semillas, donde tienes la oportunidad de conversar con señoras que te recomiendan no plantar porotos en luna creciente porque no se van a dar, por ejemplo, es interesante y enriquecedor”. 

En el caso de estos estudiantes, que se han convertido en participantes constantes de los Miércoles Huerteros, la instancia también ofrece una experiencia que los conecta con el territorio y con las prácticas culturales en torno a la huerta que aquí se desarrollan.  

“La Huerta El Boldo visibiliza cómo se vive aquí en Villarrica”, afirma Estela Carrasco, otra de las estudiantes que vino de Santiago, “he escuchado que los profesores tienen huertas en las casas o que mis compañeros quieren aplicar la huerta como metodología de enseñanza. En Santiago eso nunca se escucha". 

“Las conversaciones que van saliendo son de harto aprendizaje colectivo”, explica en ese sentido la encargada de la huerta, Claudia Ríos, “también tuvimos la oportunidad de cocinar una de las cosechas, comerlas juntos, participar del intercambio y que fueran protagonistas: ayudaron en la cosecha, en el procesamiento de la semilla y luego también participaron de la acción misma del Intercambio”. 

Estela agrega que los Miércoles Huerteros son una forma de abrir un espacio de relajo y distensión. “Yo no lo veo como una actividad tan técnica, quizás más recreativa, como un espacio para salir de la rutina y poner las manos en la tierra, y creo que hemos aprendido mucho. Además, se da la oportunidad de estar con otra gente que no está en tu carrera”. 

“Cuando estás en la huerta, te obliga a estar ahí”, agrega en la misma línea Claudia Ríos, “no estás con el celular y te obliga a conectarte con el momento presente y desconectarte un rato (…) es una oportunidad no solo de aprender sino también de pasar un tiempo en la naturaleza, con todos los beneficios que esto implica”. 

“Ha sido experimentar todo eso que algún minuto nos contaron en la teoría, verlo en el territorio”, agrega Javiera por su parte, mientras que Sebastián González, también del grupo de estudiantes del minor, explica que venir a Villarrica fue una forma de cambiar de ambiente. “Tomé la oportunidad para escaparme un rato, un semestre diferente, y ha sido súper bueno (…) me gustó harto trabajar con la tierra y ver los ciclos: si yo planto algo, después vemos cómo va creciendo y resultando”. 

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Las labores desarrolladas por los y las estudiantes que han participado de los Miércoles Huerteros incluyen el desmalezar, limpiar, trasplantar y preparar el suelo.

 

Trabajo y aprendizaje colectivo 

“El trabajo semana a semana es en base al calendario agrícola (...) y ahora es el fuerte comenzar todos los almácigos de primavera-verano", explica Claudia sobre las actividades desarrolladas en estos encuentros, “y hay labores que son permanentes: desmalezar, limpiar, trasplantar, limpiar la tierra cuando hay que preparar el suelo". 

La experiencia se ha convertido para los estudiantes en un aprendizaje constante que les permite también desarrollar herramientas para el desarrollo de sus propias huertas. “En mi casa hemos hecho huertas, pero siempre las abandonamos”, cuenta Luna Vargas, del minor en Desarrollo Sustentable que es originaria de La Araucanía, "entonces me llevo harto aprendizaje de cómo preparar la tierra, cómo plantar las cosas, verlas crecer”. 

Por su parte, Marcela asegura que "uno de los proyectos que tenemos en mi casa en Santiago es hacer una mini huerta o algo así con mi papá y ahora estoy aprendiendo lo que puedo". 

Para el resto del año, la encargada de la huerta abre los espacios de colaboración para continuar desarrollando este tipo de iniciativas. “Esperamos que este segundo semestre los y las estudiantes, académicos y funcionarios se hagan parte y protagonistas de este espacio, donde podrían incluso adoptar parte de un bancal y tener sus propios experimentos ahí”, sugiere Claudia, haciendo énfasis en la llegada de la primavera y las oportunidades que ello trae para la huerta al tiempo que nos preparamos para el verano.  

“Las huertas florecen en la primavera y verano en La Araucanía, ya que el sol vuelve y con él las temperaturas (…) es un momento muy esperado, de la primavera dependen las cosechas del verano, es un tiempo de mucho trabajo, observación y disfrute de los sabores y olores que se empiezan a experimentar”. 

 

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Para el segundo semestre de este 2023 se espera continuar con los Miércoles Huerteros y continuar abriendo el espacio a la comunidad UC en Villarrica. "Esperamos que este segundo semestre los y las estudiantes, académicos y funcionarios se hagan parte y protagonistas de este espacio", dice Claudia Ríos.

Durante los próximos meses, el Sello de Turismo Indígena podría ser lanzado para emprendimientos de todo el país, una iniciativa que este año capacitó a personas provenientes de pueblos originarios para auditar a 20 empresas de La Araucanía.  

Durante 2023, el investigador del Centro UC de Desarrollo Local (Cedel UC), Andrés Ried, ha liderado un proyecto que busca permitir la implementación exitosa del Sello de Turismo Indígena, iniciativa que tiene su origen en la Asociación Nacional de Turismo Indígena (ANTI) y que fue desarrollada por un equipo de profesionales durante 2022. 

Hoy, el equipo se encuentra trabajando junto a auditores y auditoras provenientes de pueblos originarios, quienes fueron capacitados en abril para apoyar el proceso de auditoría de las 20 empresas participantes de la Región de La Araucanía que han manifestado interés en aplicar el Sello en su oferta turística, a través de un proceso remunerado de evaluación y diagnóstico. 

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Provenientes de pueblos origniarios, los auditores y auditoras fueron capacitados por un equipo de expertos y expertas en materia de turismo, con la finalidad de entregarles las herramientas necesarias para evaluación y diagnóstico de las empresas auditadas.  

 

Auditar el sello 

Ried, que también es académico del Campus Villarrica de la UC, explica que la aplicación del Sello en las empresas participantes permiteacceder en el mediano plazo a un reconocimiento formal de su pertinencia indígena y turística, que permitira mejorar las competencias y capacidades en temas de su interés"

Según detalla, el programa busca disminuir brechas a través de distintas herramientas que están orientadas en afinar la oferta en Turismo Indígena en cuanto a diseño de experiencias, diferenciación, distinción, calidad y comercialización, las que son proporcionadas en procesos de formación que abordan ámbitos económicos, culturales y sociales. 

En este panorama, las y los auditores del Sello buscarán "identificar los aspectos consolidados y por mejorar de las 20 empresas para que puedan acceder a la certificación de Turismo Indígena del Sello, cuando el proceso oficial de postulación comience a implementarse”.  

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El investigador principal de la línea de investigación Turismo Sustentable del Cedel UC y dr. en Ocio y Potencial Humano, Andrés Ried, (al centro de la imagen) explica que el Sello permite “acceder en el mediano plazo a un reconocimiento formal de su pertinencia indígena y turística, que permitirá mejorar las competencias y capacidades en temas de su interés".

 

Una oportunidad para pueblos originarios 

Las personas que han estado encargadas de ejecutar las auditorías a las distintas iniciativas de turismo indígena en la región, han visto en este proyecto una posibilidad de revalorizar las prácticas culturales de los distintos pueblos. 

En ese sentido una de las auditoras, Elizabeth Painemal, manifiesta que, como mujer mapuche, el proyecto se ha convertido en una instancia valiosa “ya que reafirma mi pensamiento de que el Turismo para los Pueblos Originarios es una tremenda herramienta de revalorización cultural y de desarrollo económico”. 

A sus palabras se suman las de otros auditores y auditoras, como Miquea Paillao, quien asegura que el Sello se ha convertido en un “hito relevante en el reconocimiento de empresas turísticas de origen indígena por parte de las instituciones públicas y organizaciones con representatividad regional y nacional en Turismo Indígena (…) logrando identificar de manera concreta y versátil las fortalezas y debilidades en las distintas dimensiones que considera la aplicación del instrumento de buenas prácticas, estandarizando la calidad de servicio según la naturaleza de la actividad económica”. 

Por su parte, Carlos Cocha señala que el trabajo desarrollado por ellos en la función de auditores del Sello ha significado un beneficio no solo en cuanto a que se trata de un proyecto remunerado, sino que también, "por tener su campo de acción en las áreas afines a mi campo de acción o quehacer laboral: el turismo".

En ese sentido, Yésica Huenten explica que las auditorías se han convertido en verdaderos puentes donde se aúnan voluntades que buscan visibilizar las prácticas culturales de los distintos pueblos. “En nuestra cultura siempre es importante compartir las experiencias y este proceso forma parte de esto (…) todo en nuestra cultura es compartir el conocimiento y hacer Kelluwun, que es uno de los conceptos a relevar con mis pares”. 

A sus palabras se suman las de Cocha, quien agrega que “esto permite establecer una comunicación adecuada con cada empresario o postulante al Sello. Además, las relaciones interpersonales con las distintas empresas con identidad de pueblo originario es una motivación extra a realizar esta labor”. 

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Auditores y auditoras creen que este proyecto es una herramienta en la revalorización de las prácticas culturales de pueblos originarios. "Es un hito relevante en el reconocimiento de empresas turísticas de origen indígena por parte de las instituciones públicas y organizaciones con representatividad regional y nacional en Turismo Indígena", señala uno de ellos.

 

Un proyecto de carácter nacional 

Actualmente, el proyecto está siendo aplicado solo en emprendimientos de La Araucanía, específicamente emprendimientos de la costa de la región, del valle central y de La Araucanía Lacustre, pero apunta a convertirse más adelante en una herramienta que permita identificar aquellas iniciativas turísticas que relevan el valor cultural de los pueblos originarios, en todo el país.  

“El Sello de Turismo Indígena es un proyecto de carácter nacional que progresivamente debe ir incorporando a todos los pueblos originarios de Chile”, explica Ried que también lidera la línea de investigación Turismo Sustentable del Cedel UC. 

“Esta iniciativa es responsabilidad de la ANTI y la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI)”, agrega, “quienes han estimado que en los próximos meses se podrá dar lanzamiento oficial al proceso de postulación al Sello”. 

“De ser así, las empresas que ya participan del proyecto tendrán un gran avance para lograr acceder a la distinción del Sello de Turismo Indígena”.  

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El proyecto, cuya categoría corresponde a un Proyecto de Transferencia Tecnológica financiado por CORFO y que lleva por nombre “Mejoramiento de la competitividad para empresas de turismo indígena a través del traspaso de capacidades pertinentes al Sello de Turismo Indígena", finaliza en agosto de este año. 

Hasta el momento, auditores y auditoras han aplicado herramientas de evaluación y diagnóstico en 20 empresas que se encuentran trabajando para certificarse bajo el Sello. Paralelo a ello, durante el primer semestre de 2023 también se realizaron capacitaciones a los empresarios de estos 20 emprendimientos de la región, en línea con uno de los objetivos del proyecto, que habla sobre generar las condiciones apropiadas para la adquisición de la distinción que otorga el Sello, un proceso de colaboración que se espera continúe tras el cierre del proyecto.

El investigador del Cedel UC y académico del Campus Villarrica de la UC, Pelayo Benavides, participó en el 32º Congreso de la International Society for Anthrozoology (ISAZ 2023), oportunidad en la que presentó los avances realizados en su investigación FONDECYT “Estudio de relaciones humano-animal con perros callejeros en dos asentamientos urbanos de la IX Región”. 

Desde el 15 al 18 de junio, el Congreso se realizó en la Universidad de Edimburgo, bajo la organización de la International Association for Anthrozoology, que a su vez es responsable de la publicación de Anthozöos, una de las revistas científicas más importantes en el ámbito de los estudios de relaciones e interacciones humano-animal. 

En este primer encuentro presencial tras la pandemia por COVID-19, Benavides presentó resultados en torno a un estudio que busca determinar cuáles son las características propias de la relación entre perros callejeros y sus entornos humanos, profundizando en su desarrollo como animales “sociales y sociables”. 

“Esto resulta fundamental para comprender las divisiones y organización establecidas por las personas respecto a los lugares que habitan estos perros”, explicaba Benavides en una nota publicada en 2022, “las maneras en que se forman relaciones mutuas con ellos, así como respecto a la trama de relaciones sistémicas que cruzan los espacios urbanos seleccionados”. 

De esta manera, su ponencia titulada “Kynographies: challenges regarding canine experiences and participant observation”, abordó “algunos resultados parciales y de proceso" 

 

La indiferencia como un elemento central 

El estudio ha sido aplicado en la comuna de Villarrica y Temuco, ciudades donde el investigador realizó observaciones que acumulan un total de 145 horas en casi un año en el caso de la ciudad lacustre, y 345 horas comprendidas en un período de aproximadamente seis meses en el caso de la capital regional.  

Estas observaciones, según indica el investigador, entregaron como primeros resultados aspectos centrales de la convivencia entre perros y humanos, principalmente algo que Benavides califica como “indiferencia”. “Esto podría asumirse como una coexistencia que sólo a ratos implica interacciones o “encuentros” puntuales y en otros pocos casos hay establecimiento de ‘relaciones’”. 

¿Pero a qué se refiere el investigador cuando habla de “encuentros” y “relaciones”? “La diferencia entre ambos conceptos”, explica, “es importante según Vetlesen (2023), ya que ‘relaciones’ implican nociones de reciprocidad que los “encuentros” no tendrían”.  

El investigador señala que esto permite reflexionar sobre una falta de conciencia al momento de relacionarnos con otros organismos y elementos en espacios urbanos, con perros que no son tratados como sujetos, pero que, según asegura, ya forman parte del paisaje urbano. 

"Por otra parte”, agrega, “establece cierta horizontalidad en el hecho de que la indiferencia también es expresada por los mismos perros en relación a los humanos en muchas circunstancias, donde diferentes individuos expresan intereses y preferencias propias según las circunstancias”. 

Sin embargo, Benavides también advierte que en situaciones donde hay un quiebre de patrones, como ruidos fuertes o la presencia de perros y humanos ajenos al espacio, "tanto perros como humanos reaccionan interactuando y buscando un equilibrio previo, como es el caso que se da cuando perros que de pronto pelean son llamados a la calma o espantados por transeúntes”. 

 

Presentación en Villarrica y taller en Múnich

Tras su ponencia, el investigador se trasladó a Múnich, Alemania, para participar de un taller organizado por el dr. Paolo Gruppuso y la dra. Francesca Mezzenzana en el Rachel Carson Center, y que abordó las relaciones entre naturaleza y niñez, en Ecuador, Alemania e Italia. 

En la oportunidad, Benavides abordó la educación ambiental no escolar en áreas silvestres protegidas. “Presenté reflexiones de mi investigación doctoral acerca de formas alternativas, es decir educación ambiental no escolarizada, de generar conocimiento medioambiental en el contexto de un parque nacional como el Huerquehue”, señala, “se centró en los registros y reflexiones de las prácticas de guardaparques en el lugar, así como en el rastreo e interpretación de trazas de actividad animal como aproximación epistemológico-práctica para vincularse al entorno”. 

Antes de partir, el investigador también realizó presentaciones sobre Conflictos con fauna silvestre y relaciones Humano-Animal, en la Escuela José Abelardo Núñez de Villarrica el 6 y 7 de junio, oportunidad donde se vinculó con estudiantes de 7º y 8º año básico, en el marco del Día Internacional del Medio Ambiente.